Vayase, por favor.

Llevaba un tiempo sin escribir en el blog; los estudios y el querer estar con la familia y amigos me impide dedicar todo el tiempo que me gustase a escribir en este espacio. Sin embargo, hoy tengo un rato libre y casi que me veo "obligado" a dedicarlo a escribir aquí y tocar un tema que viene haciendo mella desde hace mucho tiempo.

Se acerca la jornada 22 del campeonato liguero y nos enfrentamos en casa ante el Villarreal CF. Un Villarreal que no podemos decir que se encuentre en una mejor situación que nosotros; con 20 puntos se sitúa en puestos de descenso. Sin embargo, lo que llevo viendo durante esta temporada no me invita a ser optimista de cara al encuentro de mañana. El fortín del que se hablaba a principio de temporada se ha convertido en un auténtico coladero; cualquier equipo que se lo proponga es capaz de puntuar aquí.

Sinceramente, la ilusión con la que empecé la temporada prácticamente se ha desvanecido, y creo que solamente la podría recuperar con la destitución al señor Marcelino García Toral. En siete meses al frente del banquillo... el equipo no juega a absolutamente nada y no es capaz de encadenar dos buenos partidos seguidos. Todo esto tendría un cierto pase si al menos se puntuara, pero mañana se cumplen exactamente 2 meses desde que el Sevilla consiguiera su última victoria liguera. 1 punto en dos meses... y estos datos hablan por si solos.

A todo esto añadirle el atentado que está cometiendo sobre Campaña. Está reteniendo el desarrollo en potencia de una de las perlas de nuestra cantera y esto no lo pueden permitir desde dentro del club.

En serio... ¿A qué esperan para cesar a este hombre?  Marcelino debía de estar fuera desde el día 11 de Enero a las 23:45 (hora de la eliminación de copa del Rey), y como nos descuidemos, este señor se come las torrijas en Sevilla.

Sin embargo, mi sevillismo se sobrepone a mi descontento (por llamarlo de alguna manera) con Marcelino. Es por eso que mañana estaré en Nervión el primero a animar a mi equipo como cada fin de semana.